Poder, clausura de la ética

Indice

Prólogo, por Roberto Espriu Sen

Su esencia

Métodos, conductas

Riqueza-Poder

Asalto a la inteligencia

Concentración sin pausa

Desapego

Elaborados manejos

La lógica de las aprensiones

Los anhelos de endiosarse

Contratapa: Jorge Núñez indaga la fenomenología del poder desde su condición de escritor, y ésta es la rica perspectiva que nos ofrece. Al no ser un técnico, su discurso carece de aburridos tecnicismos.
Según él, poder y ética son agua y aceite. De ahí el título de su ensayo.
En su medular análisis, se ocupa de dar ejemplos concretos de las siniestras acciones del poder desde los remotos tiempos a la actualidad. Analiza las variadas formas y máscaras que éste adopta, señalando algunas exquisiteces del mismo; por ejemplo, mentir con la verdad.
Núñez se pregunta una y otra vez ¿qué es el poder? ¿qué lo motiva? ¿qué lo justifica? En realidad no pretende definirlo, pero igualmente se responde ¿será la estupidez del hombre? ¿la irracionalidad con que la naturaleza lo ha amasado?.
El autor vivisecciona con encomiable lucidez la condición intrínseca del fenómeno: El poder en esencia no cambia: es igual en todos lados y en todos los tiempos, declara. Y añade que el poder no sólo somete perversamente, sino que también es despiadado con sus pares cuando no necesita de sus alianzas. Nos habla del miedo del poder. De sus falsos altruismos. Su permanenete farsa. Sus traiciones e insaciable hambre. Su cohabitar en diferentes estadios, desde los superiores hasta los miserables. Sus innumerables estrategias para aggiornarse a los tiempos.
Los lectores de este excelente ensayo podremos sacar tal vez la conclusión de que el poder es como el cuento del escorpión; que aunque quiere ser solidario termina picando con su venenoso aguijón a quien sinceramente ha prometido ayudar. Está en mi naturaleza, se justifica.
También Núñez señala al poder excelso. Solo alcanzado por aquéllos que se convirtieron por su conducta en ejemplos éticos, en modelos y faros para la humanidad. Aunque el poder macabro haya logrado acabar con su vida física no consigue matarlos, aún matándolos.
Jorge Núñez reconoce cada tanto en sus reflexiones que no obstante las muchas batallas ganadas por el poder, ya sea por las buenas o asesinando a ciudadanos y a pueblos enteros, los hombres no han abandonado su rebeldía, su lucha por adquirir conciencia, su pelea por la dignidad y por la justicia. En este sentido, el autor se identifica con Sartre, quien dijo: El hombre está condenado a ser libre.