Perón tenía razón

Indice

Primera parte

1. Filosofía
2. Doctrina política
3. Doctrina económica
4. Doctrina social
5. Comunidad organizada
6. Democracia
7. Amistad
8. Oligarquía
9. Para qué
10. La paz
11. Sectarismo
12. Pueblo
13. Clases
14. Trabajo
15. Valores
16. Pobreza
17. Privilegios

Segunda parte

1. Conducción
2. La ley
3. Etica
4. Medios y política
5. Universalismo
6. Tercera posición
7. Partido y movimiento
8. La política
9. El poder de lo local
10. Educación
11. El deporte
12. La cultura
13. El nacionalismo
14. Lo científico tecnológico
15. Lealtad
16. Nuevas demandas

Tercera parte

1. Política y economía
2. Situación económica argentina
3. Desarrollo
4. Peronismo y movimiento nacional
5. Política internacional
6. Estado
7. Empresariado
8. Inmigración
9. Emigración
10. Lo superfluo
11. Nuestro último gobierno
12. Riesgo de dispersión
13. Intolerancia, hipocresía y diálogo
14. La Argentina posible
15. Luces y sombras de la militancia peronista
16. La palabra

Conclusión

Apéndice
a) Carta al Dr. Juan José Hernández Arregui
b) Algunos apuntes sobre justicialismo y democracia
c) A propósito del liderazgo
d) Un espacio para el optimismo
e) Otra victoria como ésta y estamos perdidos
f) Cuauhtémoc Cardenas o Vicente Fox
g) A nuestros compañeros
h) Un gran riesgo para el peronismo

Contratapa: Dos ideas centrales recorrerán este libro: a) la vigencia del contenido; b) la crisis del continente.
La vigencia del contenido no significa inmovilismo de las ideas, porque nuestra doctrina no se concibió nunca a sí misma como inmóvil. Estas ideas pueden ir evolucionando, repensando la experiencia propia y dialogando con las ajenas, siempre y cuando esto no signifique modificar el núcleo del pensamiento.
La crisis del continente no debe pensarse solamente como riesgo, sino también como oportunidad. La continuidad del peronismo como eje del movimiento nacional y popular en la Argentina no es segura, pero es posible.
Perón tenía razón no quiere ser una afirmación sectaria ni propagandística. Simplemente la corroboración de la vigencia de un pensamiento que por ser tan de su tiempo es también un clásico, capaz de dialogar con otras vertientes de ideas y aún de incorporar, en el dinamismo que le es inherente, lo que le permita seguir estando acorde con la marcha de los tiempos, y la apuesta a la posibilidad de construir, sobre esa base, un país mejor.