Romanticismo político

Indice

Definidme como queráis, pero no como romántico, por Jorge E. Dotti

Romanticismo político

Introducción
La concepción alemana: romanticismo político como ideología de la reacción y de la Restauración
La concepción francesa: romanticismo como principio revolucionario, el rousseaunismo
Explicación de la revolución a partir del espirit romantique y del espirit classique
La confusión del concepto y el camino hacia su definición

1. La situación externa
El significado político personal del escritor romántico en Alemania
La insignificancia política de Schlegel
La evolución política de Müller: en Göttingen, anglófilo, en Berlín, conservador anticentralista, feudal y estamental, en Tirol, funcionario del Estado central absolutista

II. La estructura del espíritu romántico
1. La recherche de la Realité
El problema filosófico de la época: la oposición entre pensamiento y ser y la irracionalidad de lo real
Cuatro formas diferentes de reacción frente al racionalismo moderno
Dios, la más alta realidad de la antigua metafísica, y su sustitución por dos nuevas realidades: la humanidad (el pueblo) y la historia
La humanidad como demiurgo revolucionario, la historia como demiurgo conservador
El sujeto romántico y las nuevas realidades
La oposición entre posibilidad y realidad
La romantización del pueblo y de la historia
Ironía e intriga
Realidad y totalidad
La manipulación romántica del universo
2. La estructura ocasionalista del romanticismo
La desilución del subjetivismo
El significado de occasio como el opuesto de causa; lo ocacional como la relación entre el subjetivismo y lo fantástico
La esencia del antiguo ocasionalismo: la superación de las contradicciones a través de un tercero superior
La superación romántica de las contradicciones a través de un otro superior: la verdadera realidad y los distintos pretendientes a esa realidad: el yo, el pueblo, la historia, Dios
La consecuencia: lo superior es aquello siempre otro y la confusión de los conceptos
La productividad romántica: el mundo como ocasión para una vivencia y la forma esencialmente estética de esta productividad
La mezcla de las esferas espirituales en los románticos intelectualistas

III. Romanticismo político
Panorama del desarrollo de las teorías del Estado a partir de 1796
La diferencia de la concepción romántica del Estado respecto de la contrarrevolucionaria y de la legitimista
El Estado y el rey como objetos ocacionales del interés romántico
La incapacidad romántica para la valoración ética y jurídica
La romantización de las ideas filosófico políticas
La productividad de Adam Müller; su argumentación como resonancia oratoria de impresiones significativas, sus oposiciones como contrastes oratorios
El carácter ocasional de todos los objetos romantizados
Breve alusión a la diferencia entre romanticismo político y política romántica: en ésta es el efecto, no la causa, ocasional
Excurso: el romántico como tipo político en la concepción de la burguesía liberal, ejemplificado por el emperador Juliano, según D. F. Strauss
Romanticismo político como acompañamiento emotivo a los acontecimientos políticos

Contratapa: Como todos los escritos de Carl Schmitt, su ensayo de interpretación del romanticismo -que aparece por primera vez en castellano- es también un texto polémico, pero intelectualmente agudo y poderoso. Para este gran pensador político de la derecha antiparlamentaria alemana, heredero del pensamiento contrarrevolucionario católico (De Maistre, Bonald, Donoso Cortés), aunque su decisionismo sea ya enteramente profano, la tendencia característica de la época moderna es la despolitización. Los adversarios de Schmitt son el Estado liberal y la clase discutidora, la burguesía liberal. Esta visión aparece ya en su escrito temprano, Romanticismo político, fundamental, como escribe Jorge Dotti en su introducción al texto, pues traza con rasgos indelebles las líneas directrices de la polémica que Schmitt mantendrá hasta el final de sus días con la neutralización liberal economicista de la decisión política. En la interpretación -y la crítica- schmittiana del romanticismo, lo esencial para el romántico es siempre sólo su yo, un yo irónico e ingenioso, pero ligero e inconsistente. Hay comunicación histórica e intelectual entre el liberalismo y la actitud básica del romántico -la burguesía ha sido la portadora del movimiento romántico-, y aunque el intelectual romántico somete a ironía el orden burgués, sus denuncias no superan el nivel estetizante, es decir, no alcanzan radicalidad política.