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LIBROS LIBROS Biblioteca Legislativa y Pública "Eva Perón" Tesoro T 55 T.2 Disponible LEG24080981

CAPÍTULO I. Descubre Juan Diaz de Solis el gran Rio de la Plata á que entonces dió el nombre de Solis, y muerto en sus márgenes con otros españoles por los bárbaros charruas, se vuelven sus compañeros a España, de donde once años despues sale Diego Garcia á proseguir el mismo descubrimiento; pero precisado á parar con su armada en el Brasil, entra en el ínterin en el Rio Solis, la armada de Sebastian Gaboto, que iba al Maluco, y este capitan funda en sus costas dos fortalezas, y registra parte del Rio Paraguay, hasta donde halló mucha plata, de que se dá razon como habia llegado á aquel sitio, no habiendo este metal en todo aquel pais.

CAPÍTULO II. Llega Diego Garcia al Rio de la Plata, y despues de algunas contiendas, se incorpora su gente y naos con las de Sebastian Gaboto. Despacha este sus procuradores con las primeras preseas de plata que pasaron de América a Europa para el Emperador, quien habiendo solicitado sin efecto socorriesen los armadores de Sevilla a Gaboto, se vuelve a España y en su ausencia abandonan la fortaleza de Santi Spiritus por una desgracia, pasándose al Brasil.

CAPÍTULO III. Pasa D. Pedro de Mendoza por Adelantado del Rio de la Plata, para continuar su conquista debajo de varias condiciones que se refieren: sucesos de su lucida armada en el discurso de su prolija navegacion, hasta tomar tierra y fundar la ciudad de Santa Maria en el puerto de Buenos Aires.

CAPÍTULO IV. Trabajos escesivos de los españoles en Buenos Aires y otras partes del Rio de la Plata, y los demas sucesos del adelantado D. Pedro de Mendoza, hasta su muerte.

CAPÍTULO V. Parte Juan de Oyolas á descubrir por el Rio Paraguay: sucesos de su viaje hasta arribar al puerto de la Candelaria, desde donde entra por tierra en demanda del Perú. Puebla Gonzalo de Mendoza en la Asunción y corre gran riesgo la fortaleza de Corpus Cristi, donde consiguen las ármas españolas, auxiliadas del cielo, una insigne victoria;-pero se despuebla por los nuestros dicha fortaleza.

CAPÍTULO VI. Trae socorro al Rio de la Plata el veedor Alonso de Cabrera. Intentan los payaguas una traicion contra los españoles despues de haber muerto sobre seguro al general Juan de Oyolas y sus compañeros;- pero son vencidos valerosamente por el capitán Domingo Martínez de Irala, quien es elegido Gobernador del Rio de la Plata por acuerdo de los conquistadores

CAPÍTULO VII. Despuéblase la ciudad de Buenos Aires, retirándose á la Asunción todos los españoles de esta conquista, contra quienes maquinan una sublevacion general los guaraníes; pero descubierto su designio, se castigan las cabezas principales con muerte y los demas, se reconcilían con los españoles.

CAPÍTULO VIII. Viene el adelantado Alvar Nuñez de Cabeza de Vaca al Rio de la Plata por Gobernador: camina felizmente entre bárbaras naciones desde la isla de Santa Catalina hasta la Asuncion.

CAPÍTULO IX. Solicita el adelantado Alvar Nuñez la conversion de los naturales por medio de los predicadores evangélicos. Pretende descubrir camino para el comercio del Rio de la Plata con los reinos del Perú. Asienta la paz con la orgullosa nacion de los agases. Castiga la rebelion de la provincia del Ipané, y vence á los indómitos guaycuruces.

CAPÍTULO X. Ajusta paces el adelantado Alvar Nuñez con los guaycuruces y otras naciones, é intenta poblar de nuevo la ciudad de Buenos Aires, pero sin efecto. Vuelve Domingo Martinez de Irala á descubrir al Rio Paraguay, y despues repite el Adelantado la misma diligencia personalmente, venciendo las contradicciones de los oficiales reales, que tiraban á desvanecer esta empresa, y en el camino castiga á los pérfidos payaguás.

CAPÍTULO XI. Dáse noticia de los otros sucesos de este descubrimiento hasta volverse los castellanos á la Asuncion.

CAPÍTULO XII. Amotinan los oficiales reales del Rio de la Plata á la ciudad de la Asuncion contra el adelantado Alvar Nuñez, á quien ponen en dura y estrecha prision hasta despacharle a España, donde es declarado inocente, y eligen por capitan general á D. Domingo Martinez de Irala, que permite varios insultos por mantenerse en aquel Gobierno.

CAPÍTULO XIII. Por la division que reinaba entre los conquistadores de Rio de la Plata, se rebelan de nuevo los indios, á quienes vence y su jeta el general Domingo Martinez de Irala. Entra este por tierra de los mbayás hasta los confines del Perú. Castiga á los paranás. Pacífica por medio de Nuflo de Chavez a los tupíes , reparte encomiendas de indios contra las Ordenanzas Reales. Permite grande licencia á los soldados, y otras trazas de que se valia para asegurarse en el Gobierno.

CAPÍTULO XIV. Nueva jornada del general Domingo Martinez de Irala hasta los términos del Perú, desde donde se ofrece con su ejército al presidente La Gasca para sosegar los tumultos ocasionados con el alzamiento de Gonzalo Pizarro. Niégale su gente la obediencia por no querer dar vuelta al Paraguay, donde en su ausencia es degollado su teniente D. Francisco de Mendoza, y elegido Diego de Abreu por gobernador. Reeligen de nuevo en su empleo á Irala, quien vuelve á la Asuncion y espulsa de ella á Abreu.

CAPÍTULO XV. Mantiénese Domingo Martinez de Irala en el gobierno del Rio de la Plata por muerte de dos gobernadores que estuvieron nombrados para dicha Provincia. Es muerto Diego de Abreu, cabeza de los leales, y desbaratado su partido. Fundan los castellanos la ciudad de San Francisco; pero forzados de la hambre despueblan al año, y se retiran á la ciudad de Asuncion.

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